lunes, 12 de mayo de 2008

Preparando el verano




Se acerca el verano, las temperaturas van subiendo ya no puedo hacerme más la remolona y tengo que enfrentarme al armario. Voy cambiando, poco a poco sin estresarme, los jerseis por las camisetas. Los pantalones de paño y pana pasan a mejor vida al fondo del armario y son sustituidos por vestidos y pantalones más fresquitos. Hasta aquí, más o menos bien; eso sí, habrá que probarse algunas cosas por si no entran. Hurgando en un cajón aparecen los bañadores, ejem, ejem,,,cojo el mejor y me voy al baño a probármelo. Oh! por arte de magia esto ha encogido por varios sitios, salgo pitando y elijo otro, me lo pruebo y este ha sufrido una especie de enanismo, se ve que no le sienta nada bien estar guardado en el cajón, y es que cada vez los hacen de peor calidad para obligarnos a la compra compulsiva de bañadores. Me voy a la cocina y me preparo un bocata, necesito pensar. Vuelvo al armario y busco los pañuelos gigantes, elijo uno, me lo lío alrededor del cuerpo y !voilá! parezco una enorme caja de regalos. La cosa por el momento va mejor, de todas formas tengo que pensar en medidas más draconianas, voy a mi nevera me sirvo un fariña y lo acompaño de unas aceitunitas. !Ya lo tengo! cojo el listín de teléfono y empiezo a llamar de forma compulsiva a los gimnasios. Me voy mosqueando un poco con la tarea, resulta que con la llegada del buen tiempo hay inmensas colas de espera, me apunto a varias de ellas dejando el recado de que me pongan como caso urgente. Para aliviar mis pesares me paso por la despensa y echo mano del paquete de galletitas de chocolate, de repente me encuentro más optimista ya que he comprobado que no sólo mis bañadores han encogido y que la culpa de todo la tienen los fabricantes. De todas formas para quedarme más tranquila decido llamar a mi amiga para preguntarle si ella ya se había probado sus bañadores. El caso de mi amiga aún es más preocupante, la parte del culete de sus bañadores ha desaparecido casi por completo. Decidimos que hay que quedar para discutir el asunto, así que en media hora estaremos en el bar de las cervecitas y montaditos, que tiene un parque de bolas para los niños y así podremos charlar sin interrupciones. Tras unas cuantas cervecitas y el desahogo de los niños; tengo que volver a casa que aún no he arreglado el armario. Además, se me ha hecho tarde y tengo que preparar la cena que con el digusto se me ha quitado el apetito y no he comido nada.


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Nena me has dado hambre... Lo mejor para enfrentarse al bañador es hacerlo con subidón de azucar...

Mons

Anónimo dijo...

Biennnnnnnnnnnnnn!!!!!!!!!! menos mal que no soy la única a la que le ha ocurrido este fenómeno extraño de que el bañador haya encogido por arte de magia e incluso haya desaparecido por algunos sitios. Que susto, pensaba que había engordado!!!! Voy a la cafetería a pedirme un bollo de lomo con mojo picón, que de ver la tortilla de abajo me ha entrao hambre.

Anónimo dijo...

¡hala! a por pan voy.....
yo creo que son los demás....se le engordan los ojos o algo....

Anónimo dijo...

Alucinado, me estas dejando, da gusto leerte, Felicidades

Trasto