jueves, 15 de mayo de 2008

El Chumbo


Entró en el portal, a esa hora vespertina ya no tenía cuerpo para nada. Se dirigió al buzón, allí se estableció una lucha a muerte con la portezuela, la publicidad casi reventaba el cajetín. Por fin logró sacar la montaña de folletos de colorines, hizo una gran pelota con ellos y subió a casa. Al entrar saludo, se quitó la chaqueta, el bolso y soltó las llaves, miró la pelota enorme de papel y la deshizo con cuidado por si algo le resultaba interesante. Entre aquel montón de papel encontró recibos y "una carta". Que extraño, pensó María. Se trataba de una invitación de la Asociación del Chumbo Ibérico, ACHI. Hacía ya varios años que Manolo junto a un grupo de amigos habían creado tan prestigiosa organización. María siempre había pensado que era un gasto inútil, aparte escapaba de su comprensión el que un grupo de señores se reunieran para darse un atracón de chumbos en homenaje al fruto, sin olvidar el estreñimiento que tendría su marido durante toda esa semana, ya que el chumbo es astringente. Todos los años al finalizar el mes de Junio las familias de los "chumberos" se reunían en el campo, en un sitio estratégicamente elegido con muchas Tunas. Los pequeños "chumbitos" eran iniciados en la penosa tarea de recolección del higo chumbo. Lo primero que tenían que aprender era el preparar un eficaz coge-chumbo, por que ya se sabe que las pencas de esta planta pinchan un huevo. El aparato en cuestión es de lo más sofisticado, se trata de una caña que se abre en canal y se divide en varias partes, se le mete una piedra, o cualquier otro objeto, en medio para mantener las partes bien separaditas, !listo!, ya tienen su coge-chumbo. Es entonces cuando van a la caza y captura del fruto. Normalmente se producen bastantes bajas entre los iniciados, por lo que es imprescindible llevar un botiquín con pinzas, alcohol y tiritas. Cuando los valientes cazadores, y alguna que otra cazadora, vuelven al centro de logística de la acampada, empiezan con la tarea de preparar el manjar. Ahora toca "barrer los chumbos" para eso utilizan hojas de matas o de periódicos, en definitiva se trata de quitarles los pelitos pinchantes que tienen, luego los bañan con aguita, los pelan y los colocan en una fuente con una base de hielo. Por último, la gran pitanza. A María todo esto como que le importa un bledo, además no le gustan nada los chumbos. A la hora de orinar, que María es muy meona, lo hace con muchísimo cuidado ya que debe hacerlo tras una chumbera y no será la primera vez que por tapar sus vergüenzas, salga con el culo lleno de asquerosas púas. Cuando llega el ocaso del día, todos los chumberos cantan "soi una chumbera, chumbera,,,,vamos a bailar. La caña hacia arriba, el chumbo hacia abajo,,,". Este momento mata literalmente a María, quisiera hacerse muy pequeña y desaparecer. Para mayor inri Manolo esta allí en medio moviendo la caña. Una de las señoras se menea compulsivamente y María piensa que si le cortaran la cabeza y las piernas, sería un gran chumbo viviente. Por fin llega la hora de volver a casa, Manolo se desabrocha el pantalón por que la barriga está aumentado de proporciones y empieza a endurecerse. María sonríe, mañana lo tendrá a agua de arroz y manzanas, no hay nada mejor que la venganza.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo tengo una gran aversión hacia los los chumbos....de pequeños, mi hermano me tiró en una caja repleta...que vale, que fue sin querer, pero me tiró...creo que todavía debo tener alguna espina clavada...y por supuesto jamás me he comido ninguno.


La bisho.

Anónimo dijo...

jajajajjajaja, mueroooo

Anónimo dijo...

me gusta eso de "soy una chumberaaaaaaaa chumberaaaaaaaaa" ;-pp jajajajjaaja

Mons

Anónimo dijo...

jajaja ayssss no sabía que existia una asociación chumbera!! que risas con ellos y su ritual :)