lunes, 19 de mayo de 2008

El Primer beso




Hoy hace veintitres años que María y Manolo empezaron su hermosa historia de amor. Para María es un día muy especial, en el que se levanta llena de expectativas. No sabe bien por qué ese día siempre lo ve más alto, más guapo y más atractivo. Cuando el día avanza, su estado de felicidad y añoranza va tornandose a un estado de frustración y enojo. El motivo evidente es que Manolo padece amnesia y que aunqe se tire toda una semana tirándole indirectas, el ni caso. Eso sí, se pega todo el día con una extraña cara de satisfacción.


María recuerda la primera vez que lo vió, la verdad es que no le parecio interesante, ni atractivo y si no llega a ser por que la cogió en un momento tonto ni se hubiese fijado en él. Ella solía reunirse con sus amigas en la playa. Su amiga Rosa, a la que todas le reían las gracias y ocurrencias, despachaba a su antojo a todo aquel maromo que se acercaba con intenciones de ligoteo al grupito. Rosa era poco agraciada y tenía una gran mala leche, además tenía más cara que espalda y eso que superaba los 110 kilos. Pero a los 18 años los chaveles eran verdaderos kamikazes hormonales y aguantaban el pisoteo al que los sometía Rosa. Manolo era la victima preferida de Rosa, desde el primer día que se acercó a saludar y presentarse, se convirtió en el blanco preferido de la gorda. El parecía no darse cuenta del atropello. Se convirtió en el mayordomo de sus antojos: traeme un helado, me apetece una cervecita, dame tabaco,,,,. Además si Rosa quería bañarse, el debía acompañarla para remolcarla por el agua ya que ella no flotaba. Manolo era feliz y el resto de chavales envidiaban su privilegiada posición. El podía sentarse entre el grupito de chicas, y si la gordi estaba de buen humor incluso podía participar en sus conversaciones.



Se sentía muy atraido por una de las chicas,María, le gustaba su risa y sobretodo su culo, para que engañarnos. Una noche en la que tras invitar a más de tres rondas al grupito, y haber dejado cao a Rosa endiñandole un botellón de ron, se atrevió a acercarse a María. Ella bailaba como una posesa, sus ojos cada vez brillaban más y a los ojos de Manolo estaba irresistible. En realidad, María no podía dejar de bailar ya que cuando paraba toda la pista le daba vueltas, había vomitado en varias ocasiones y tenía la pintura corrida del esfuerzo. Manolo se meneaba en la pista, incluso demostró el movimiento pélvico que había estado ensayando en su habitación durante toda la semana. La gente hizo un coro alrededor de él, sonaban fuertes carcajadas y uno a uno empezaron a imitar aquel ridículo movimiento. Al final toda la pista parecía llena de frenéticos cuervos Rockefeller.


Al final de la noche Manolo acompañó a casa a María. En el portal ella se dejó caer hacia él, le era imposible mantener el equilibrio. Manolo identificó aquel acercamiento como la petición expresa de un beso. Ese beso selló el inicio de una hermosa historia de amor.

Lo que desconoce María, es que Manolo volvió a la fiesta. Buscó a Rosa y la encontró tirada a lo ancho en la entrada. Se acercó y en un sumo esfuerzo le quitó las bragas, buscó una caña y las izó cual bandera. Rosa quedó alli tumbada y en su mano, el insigne banderín.

5 comentarios:

Rox dijo...

Suele pasar...

Pasan de beber los vientos por tí y dejar los suspirillos prendidos en el viento a esos seres despistados que habitan tu casa en 0.3 segundos. Bendita amnesia que les hace parecer tan felices (y nos da la potestad de hacerles desgraciados).

Rox

Anónimo dijo...

Y por qué por un momento Manolo me ha recordado al Pagafantas???? jajajajajaja

Rox dijo...

Por qué mierdas pone como usuario Roc?????


Patrocino acaso el laboratorio ese?

GRRRRRRRRRRRRRR mielda molida de Google.

Anónimo dijo...

jajajajajajajajajajajajaja, me estoy volviendo fan de María y Manolo.
Genial, Garum.


La bisho

Anónimo dijo...

Jajajajjaj muy bueno... el ultimo detalle de las bragas con la botella ( el banderin ) ajjajajaja

;)*