Mi marido llegó de su paseo por el campo con un enorme ramo de espárragos, me los colocó en el vaso grande de la minipimer y aún así tuvo que rellenar dos vasos más. Llegó pletórico, todo un triunfo, en tan sólo cinco horas había logrado tan increíble hazaña. Lo miré cariñosamente y luego fije la vista en el enorme ramo que adornaba mi cocina, no eran orquideas salvajes pero quedaba mono y la verdad era todo un detallazo ¿o no?. De repente me dice que cómo los voy a cocinar, disimulé mi estupor mirando aquellas ramitas verdes cabezonas cómo si las conociera de toda la vida, bah! no te preocupes. Salté sobre mi ordenador y rogué a san Google "receta fácil de espárragos", y salta el joio y me dice "Pastel de espárragos y trucha con muselina caliente de puerros", que sentido del humor tiene hoy el santo este, !he dicho fácil !. Le doy otra oportunidad y me dice "Voleute de Espárragos y Puerros" ya empieza a parecerme un tocapelotas de cuidado, !se acabó! que le den morcillas. Cogí el teléfono y llamé al Ser Supremo, mi madre, que esta si que no falla, y me dice que haga una tortilla. Que contenta me puse "tortilla" eso sí sé hacerlo y es que cómo una madre no hay nada. Colgué el aparato y me fuí hacia las ramas cabezonas, las cogí y cuándo las iba a echar en el bol sonó de nuevo el teléfono. Que si mamá que sé que hay que lavarlos, claro mujer sólo sirve la parte blandita de arriba, por supuesto mami ya tengo el aceite en el fuego con ajitos,,,,,vuelta a colgar. Miré a mi alrededor para asegurarme de que estaba sola y con un movimiento raudo saque el enorme ramo del bol, para seguidamente hacerle caso al Supremo y empezar con sus instrucciones. El descuartizar a los cabezones fué tarea fácil, sin remordimientos y cuándo los eché en la sartén se veían brillantes aunque evidentemente, la cosa había menguado. Otra vez el teléfono, niña echale un poco de agua y los tapas, no los dejes mucho tiempo, sólo que estén blanditos,,,que si mujer, no seas pesada que yo esto sé hacerlo. Cuelgo y abro corriendo el grifo del agua, !listo!. Ahora sólo esperar,,,,,que sorpresa se van a llevar en casa cuándo vean que soy toda un Argiñano y que el ramo cabezón se ha convertido en un suculento plato de espárragos naturales. Me acerqué a la sartén con una amplia sonrisa de satisfacción, la destapé y ,,,!mierda!,,,ha desaparecido más de medio ramo, aquello está escuchumizado, una birria de espárragos. Tapé la sarten y la desalojé del fuego, quizás dejando aquello reposar volvería a coger forma. No dio resultado, la birria aquella era todo lo que me quedaba del gran ramo. ¿Qué le decía ahora yo a mi marido? he aniquilado, descuartizado, ahogado y rehogado a los cabezones y por último los he hecho desaparecer, no mejor buscaba una solución más benévola cogí los huevos y terminé la tortilla. Perfecta. Cuándo mis victimas, llegaron a cenar, se comieron el esparragicidio aquel sin mucha efusión la verdad. Al terminar, mi marido me preguntó cómo había preparado el resto del ramo. Me lo quedé mirando, un brillo acerado cruzó por mi mirada, en mi boca una sátira sonrisa,,,,él no sabía lo que le esperaba.
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2 comentarios:
jajajjajaaja si es que los espárragos de hoy no son como los de antes ;-pp
Mons
Ay Garum, si no me doliese tanto la cabeza me reiria a carcajadas...me has recordado mi primera experiencia con las espinacas...aquella sartén tan llena de hojas verdes, que no se podia ni mover porque se salian...y a los diez minutos quedaba un montoncito que le hubiese cabido a mi sobrina en la palma de su mano...que disgusto más grande! Lo que iban a ser espinacas con bechamel, se convirtió en bechamel con pintitas de espinacas.
Un placer leerte, pero en días como hoy no debería...me haces reir mucho.
La bisho
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