domingo, 27 de abril de 2008

Para mi marido, sin acritud


Es la primera hora de la tarde, María se encuentra bastante liada en la cocina, además el más pequeño de sus hijos tiene un día de esos que la hacen cerrar las piernas y acordarse de aquel dichoso momento. Por fin Manolo se levanta, de su merecidísima siesta y María aprovecha "Manolo acercame la lata de pimientos, que no puedo dejar de remover esto anda". Manolo sin muchas ganas va a la alacena, abre la puerta y desde una distancia nunca inferior al metro y medio observa su interior. Llega el momento de todos conocidos en el que tras la rápida ojeada Manolo contesta "yo no la veo", bastante cabreado por cierto, María se acerca a la alacena y ve la lata de pimientos en el estante que está justo enfrente de los ojos al abrir la puerta, entonces se da cuenta que la lata estaba rodeada de otras latas de conservas y que puede que Manolo padezca un extraño daltonismo que confunda pimientos, tomates, calamares y espárragos. María vuelve a su perola, da la merienda a los niños y pone la lavadora,,,de repente vuelve a requerir la ayuda de Manolo "Manolo acercame el cucharón", y el hombre un poco indignado se acerca a la cocina y pregunta que dónde se encuentra el dichoso objeto y entonces ella sin miramientos, sin dejar de mover el perol, sin mirarlo a los ojos y con la tostadora puesta tiene la jeta de decirle "en su sitio"; el santo varon se cabrea pero haciendo gala de infinita paciencia le pregunta a María ¿y cuál es su sitio? Ella por fin deja de ser egoísta y egocéntrica y empieza a preocuparse por su marido, en la cocina sólo hay dos cajones cuyo contenido no ha variado desde hace más de 10 años ,,,al daltonismo raro ahora hay que sumarle amnesia. María decide observar a su marido por si hay más síntomas que ella, en su negligencia, no haya detectado. Manolo está frente a su ordenador inmerso en tareas tan importantes que la nasa se queda en bragas, luego toma un merecido refrigerio, se ducha y se mete en la cama con el mando a distancia. María piensa que su marido puede estar sufriendo un profundo estres, que ella ha oído que hay epidemia, o lo que es aún peor que haya sido abducido y viva en un mundo paralelo.

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