martes, 29 de abril de 2008

A la moda


La moda, el estilo, lo in, lo out, lo retro,,,,cómo me gusta a mi seguir las tendencias, claro que cada uno las tiene que adaptar a su personalidad y lo que es más importante a su bolsillo. Que ahora se lleva el estar perfecta y tirar de botox, pues nada que una coge el tarro de pegamento y medio y se da unos retoques entre el párpado superior y las sienes, ya sé que no es lo mismo pero reitero que se trata de adaptarse. Otra opción que me ronda la cabeza para hacer el invento más duradero es usar la grapadora, en fin quién no ha oído que para estar guapa hay que sufrir, eso si utilizaré grapas de acero para evitar las alergias. La moda realmente da mucho juego así que si uno anda mal de pelas a la hora de decorar su casa, pone dos muebles bien separaditos y se apunta al estilo "Zen" que cómo es todo espiritualidad te ahorras un montón de euros. El estilo en el vestir es más fácil aún, si te van las marcas tira del plagio que de esto si que saben muchas eminencias del candelero oficioso, aclarar que me refiero al plagio, claro, así que comprando imitaciones vamos dos veces a la moda. En el tema de objetos de decoración, esos que dicen marcan estilo, o de obras de arte contemporáneo lo mejor es echarle morro e imaginación y como ejemplo diré que el gozila de colores que tiene mi amigo en el salón junto a la gitana en lo alto de la tele, le dan un toque personal, de sutil elegancia y de haber llegado a la máxima comprensión de lo que en realidad significa seguir las tendencias actuales del buen gusto.

1 comentario:

Anónimo dijo...

SI ES MODA, AUNQUE SEA UN CUERNO


Y es que he de reconocerlo, soy una acérrima defensora de los dictados de la moda. Además ahora estoy muy contenta porque ¿recuerdan ustedes que antes sólo podíamos disfrutar de dos míseras temporadas? Primavera – Verano y Otoño – Invierno. No sé cómo pudimos mantener nuestro sufrido silencio ante tal aberración, coartar nuestra libertad de esa manera, Virgen del Carmen, menos mal que ahora los Dioses de la ropa, el calzado y los indispensables complementos, por fin, nos ofrecen lo que tanto nos merecemos, dos temporadas más, porque las cosas como son, en esta tierra donde no se conoce ni el otoño ni la primavera salvo porque lo dice el calendario y algunas veces la televisión, de alguna manera tendremos que hacer el necesario tránsito de estaciones, y qué mejor forma que comprar jerseis de hilo y media manga aunque sólo sea para guardarlo en el armario porque todavía hace un frío de narices y no hay forma de despegarse del abrigo y las botas. Pero eso no tiene la más mínima importancia, ya lo tenemos para cuando empiece a hacer buen tiempo. Y cuando esto ocurre, quiero decir, cuando empieza a hacer buen tiempo, se nos echan encima cuarenta grados de golpe (que lo de buen tiempo, habría que discutirlo) y cualquiera aguanta a cuarenta grados, media manda y además de hilo. Pero sigue sin importar, porque nos vendrá muy bien para la feria de septiembre, que ya empieza a refrescar. Esta, yo me atrevería a decir que es una de las primeras reglas del buen consumidor, “nunca pienses que has tirado el dinero, ya verás como algún día, te sirve para algo”

Otra regla, fundamental, indispensable, de obligado cumplimiento para todo aquel que quiera ir a la moda, es comprar lo que vendan, que hay por ahí desalmados que buscan en las tiendas, con el consiguiente y muy justificado enfado por parte de dependientes y dependientas, una camisa de color azul cuando lo que se lleva esta temporada es el morado y el marrón, ¡pero por el amor de Dios! Dónde van esas almas arcaicas que seguro que ni siguiera conocen a Tommy Hilfiger cometiendo semejantes atrocidades, pecado tendría que ser, me atrevo a más, esos dependientes y dependientas deberían disponer de permiso para multar semejantes locuras.

Si es que nada produce más placer que ver a la gente de bien haciendo las cosas como Dios manda, esas señoras o señoritas a las que caen las lorzas por debajo de las camisetas de color amarillo chillón y por encima del pantalón vaquero de talle bajo. Cómo obviar esa combinación perfecta de colores, pendientes largos, larguísimos, color amarillo canario, minicamiseta, color amarillo canario y zapatos de tacón alto, color amarillo canario, porque vestir bien es importante, pero combinar es imprescindible.

Otros que aún cometen más flagrante delito, son aquellos que alegan estar gordos o flacos para llevar una determinada prenda. Por favor esa actitud no debe ser buena, estas personas necesitarían tratamiento. Sin ir más lejos, les voy a contar lo último que me pasó en una tienda con una amiga que, la pobre, es cierto, está flaca como un cañamón, pero es que viene y me dice que ella no puede ponerse leggins (ella dice que toda la vida han sido mallas, que por qué ahora los tenemos que llamar leggins) y es que la pobre es cenutria para todo, bueno a lo que iba, que ella no se pone leggins porque le hace patas de alambre. Ohhhhhhhhh no, mire usted no, usted se pone leggins porque se llevan y si tiene patas de alambre engorde, pero no venga con tonterías de ese estilo que esto puede acabar muy mal para los fabricantes, diseñadores y todo un largo etcétera si todos ponemos una peguita, además ya se acostumbrará a lucir las patas de alambre igual que la de las lorzas se ha acostumbrado a salirse del envase.

Pero no me quiero enfadar porque he de reconocer que hice una buena obra consiguiendo que mi amiga se comprara los leggins, ya sólo me queda convencerla de que se los ponga.

A modo de resumen sólo me queda enunciarles unas cuantas reglas básicas:

1. Hay que comprar compulsivamente, sin pensar.
2. No hay que reparar en cómo nos sienta la ropa, se lleva, eso es lo importante.
3. Debemos estar permanentemente informados de cuáles son las tendencias, para ello, la televisión nos puede ser de gran utilidad, vean programas instructivos y enriquecedores donde aparezcan famosos y famosas.
4. Intente conseguir un crédito para operarse cuanto antes que seguro que algo tendrá que le sobre o le haga falta y un buen bisturí puede arreglarlo. ¿Qué tiene que pagar la hipoteca? ¿Y a mi qué me cuenta? no se hubiera comprado una casa o véndala, usted sabrá cómo tiene que hacerlo, pero lo primero es lo primero.